Etiopía es la cuna del café donde crece naturalmente en los bosques de la región de Kaffa. Considerado entre los mejores del mundo. Los cafés pueden variar mucho de un lote a otro pero por lo general los cafés lavados destacan por su vivacidad, notas florales y frutales cítricas, de cuerpo medio y complejo. La mayor parte de los productores no utilizan pesticidas ni fertilizantes, siendo cultivos por tradición orgánicos.
Las plantaciones están situadas entre los 1700m y los 2000m de altitud y benefician de condiciones climáticas excepcionales, creando perfiles aromáticos innegables en taza. La pluviometría anual oscila entre los 800 y los 1000mm entre marzo y octubre. Luego, gracias a su localización geográfica, su temperatura media es de 20°C. Este micro-lote fue seleccionado exclusivamente por el perfil de su taza. En esta parte de Etiopia, la producción se eleva a las 9110 toneladas (3% de volumen de café producido en el país). La cosecha se realiza en forma manual y selectiva, y la mayoría del café es lavado.
El país es el quinto productor mundial de café y con un 60% de su producción exportable, Etiopía es el décimo exportador mundial. El comercio del café se ha nacionalizado por completo, todos los granos del país (incluso los buenos cafés especiales) debe pasar la Bolsa de Productos de ser objeto de comercio. Durante el control de calidad los catadores de café de Etiopía agrupan los cafés por su calidad gustativa: Yirgacheffe para el café floral y especiado; Sidamo para sabores cítricos, dulces; Limu para el café vinoso y algunos más. El nombre regional ya no es necesariamente el área designada, y en ocasiones se hace difícil de rastrear la granja o cooperativa productora.